Comunitarios de Barahona lamentan playa Hotel Guarocuya, en plena ciudad, siga abandonada‏

Por Juan Francisco Matos

BARAHONA.- La playita del Hotel Guarocuya, ubicada en el mismo centro de la ciudad de Barahona, que desde el año 1986 hasta el 1990, fue muy concurrida por locales y visitantes de otras zonas del país, tras ser rescatada, reacondicionada e higienizada por la administración municipal perredeísta correspondientes a ese cuatrienio, que encabezó el ingeniero Carlos Sufrount, sigue sumida en el abandono y bombardeada por las aguas negras que se producen en la parte baja de la ciudad.

Se recuerda que en ese entonces los locales, así como visitantes de las demás provincias del Sur, Santo Domingo y otros pueblos del interior, se daban cita en el balneario todos los fines de semanas, días feriados y durante la Semana Santa, actividad que empezó a decaer, a partir del 16 de agosto de 1990, cuando la administración municipal de Sufront fue sustituida, la cual la tiró al abandono y jamás ha vuelto a ser rescatada.

Cuando Sufrount rescató el balneario en su entorno sembró árboles, instaló el servicio de agua potable, un parquecito con columpios, sube y baja, entre otras facilidades en que los niños se divertían grandemente, cuando acudían al lugar con sus padres, y designó dos vigilantes Estas cosas comenzaron a desaparecer, a partir del 16 de agosto de 1990, cuando la playa fue abandonada rotundamente por la administración municipal de turno, la cual fue una de las más negativas que ha tenido Barahona.

"Barahona es una de las pocas localidades del país y pueblos de otras naciones que cuentan con un río (El Birán) y una playa en el mismo corazón de la ciudad, cosa que nunca ha sido tomada en cuenta por los funcionarios locales del Ministerio de Turismo de los gobiernos de turno, incluyendo el actual, José Santana, el cual ha sido uno de los más negativos", dijo el comunitario, Jimmy Matos Féliz.

Otros ciudadanos, coincidieron en que Santana como encargado de Turismo en el Sur, nunca ha movido un dedo para rescatar esa importante playa, la cual es un don de Dios a los barahoneros. Cada año, cuando se aproxima la Semana Mayor, es que algunos se acuerdan de la playa y provisonalmente disponen su limpieza, pero al poco tiempo su entorno su es cubierta por basura y escombros que las olas arrastran hacia tierra, y los que depositan allí desaprensivos.