El mayor general Guzmán Fermín dijo que bajo ninguna circunstancias se puede permitir que un grupito de delincuentes pretenda mantener en zozobra a toda una comunidad.
El jefe policial reconoció que Tamayo es un pueblo de gente laboriosa, especialmente en la agricultura, que merece vivir en paz y tranquilidad.
En su columna de ayer, titulada “Reflexiones”, Tomás Aquino Méndez, denuncia que Tamayo, hasta hace poco era un pueblo apacible, tranquilo, pero que se ha tornado “invivible” y que tanto los residentes como el sacerdote Manuel Luis, de la parroquia San Antonio de Padua, están muy preocupados por el alto índice de delincuencia registrado allí.
De acuerdo a su denuncia, el religioso se queja porque los agentes no se ven en las calles del pueblo de Tamayo.
Asegura que los asaltos se producen a cualquier hora del día o de la noche, tanto en vías solitarias como en las muy pobladas.
Los pobladores ya no pueden transitar libremente a las 11:00 de la mañana o las 3:00 de la tarde, como tamapoco a las 10:00 de la noche o las 4:00 de la madrugada porque los asaltos están en cualquier esquina.
¿Qué ha pasado en esta laboriosa comunidad, de hombres trabajadores, decentes y hogareños?, se pregunta Tomás Aquino.