La noticia de su deceso generó dolor en Santiago y en especial en la zona serrana de donde era oriundo, debido a su larga trayectoria de hombre emprendedor y vinculado al patrocinio de programas de bien social. Era miembro del Patronato Nacional Penitenciario de la Procuraduría General de la República.
Fue durante muchos años tesorero del Plan Sierra, sobre todo durante la gestión de monseñor Roque Adames Rodríguez, y con sus propios recursos desarrolló un programa de alfabetización que logró erradicar esa problemática en diversos sectores, enseñando a leer y escribir a miles de hombres, mujeres y jóvenes.
A Ureña le sobreviven su esposa Camelia, sus hijos Junior Arsenio, Ellis, Richard, Augusto José, Carmen Guerly y Oliverio. Juan Manuel y Carla. Sus nietos Junior, Jonathan, Juan Diego, Gonzalo y Giulia.
Sus restos serán velados desde las nueve de la mañana en la Parroquia Nuestra Señora de la Anunciación en la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra (PCMM) y su sepelio se efectuará en el Cementerio Municipal de Santiago. Don Manuel Arsenio Ureña, presidente de la empresa que lleva su nombre y de la entidad comercial “Camelia Agroindustrial”, también se ha destacado como líder empresarial, siendo miembro fundador de la Asociación de Mayoristas en Provisiones de Santiago (Amaprosan), de la Asociación de Comerciantes e Industriales de Santiago (ACIS), del Plan Sierra y del consejo de directores de la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santiago (Coraasan). Don Arsenio Ureña había sido operado en Miami, Estados Unidos, recientemente, donde duró un mes recluido en un centro de salud y luego transferido al referido Hospital Metropolitano de Santiago (Homs).
Arsenio Ureña fue presidente del Plan Sierra y fundador de Manuel Arsenio Ureña C por A, empresa con casi cincuenta años de servicio. También fue miembro para la Asociación de Santiago y presidente del Banco de Ahorro y Crédito (Ademi).
Su remembranza más socorrida, hablaba de que la edad de 14 años, su hermano mayor, proveniente de la primera esposa de su madre, llamado Toribio y quien se había establecido en esta Santiago con una pulpería en la avenida Valerio con 16 de Agosto, lo integró a las labores junto a él.
Estos datos biográficos, recogidos al crisol de muchas de sus opiniones, explican que en el referido negocio trabajaba de lunes a sábado, de seis de la mañana a seis de la tarde, y los domingos hasta las 12 del día. En la tarde dominical se dedicaba a limpiar zapatos. Poco a poco logró guardar dinero hasta sumar cinco pesos, con los que compró el ejemplar a Carlos Gallardo, criador de esos animales en el sector La Joya.
Asimismo, procedió a enviarle el puerco a su madre que vivía con su padre y hermanos en el campo y allí lo alimentaron de forma tal que luego lo vendió por una buena cantidad de dinero, suficiente para reinvertirla en la adquisición de otros puercos, hasta acumular la cantidad necesaria para iniciar un negocio más organizado.
En uno de sus encuentros con “Acción Callejera”, el empresario había dicho con orgullo que, de su caja de limpiabotas comenzó a forjarse lo que hoy se conoce como “Manuel Arsenio Ureña, C. por A.”.
Su inicio oficial como comerciante fue el 13 de octubre de 1962, con un colmado en el barrio Baracoa y el 31 de diciembre de ese año fue el cierre del ejercicio fiscal de la compañía que fundó con su esposa Camelia Rodríguez de Ureña y, desde entonces, no ha dejado de cumplir con el pago de los impuestos “contrario a lo que hacen algunos pudientes, que evaden esa responsabilidad, lo que mi familia nunca ha compartido”.
Desde hace 45 años, la familia cimentada por Arsenio Ureña, completada por cinco hijos (cuatro varones y una hembra) ha podido desarrollar varias empresas, suficientes como para tener una empleomanía de más de mil servidores. Cuenta que una vez puso en marcha un plan para dotar de casas a los empleados y tuvo problemas, hasta el extremo que lo tildaron de comunista.
En la ciudad de Santiago un manto de sombra y tristeza ha bordeado una gran parte de sus principales centros, y familiares y amigos lamentaron el deceso de uno de los hombres considerados más progresistas de la región y de todo el país.