La verdad acerca de las meriendas

SANTO DOMINGO.-La merienda suele ser una gran olvidada dentro de las cinco comidas al día que debemos hacer. Se suele improvisar y tendemos a comer cualquier cosa, lo que normalmente se traduce en chucherías,  aperitivos, altos en calorías y grasas.

Muchos nos sentimos culpables cuando comemos algún bocadillo entre comidas y consideramos la merienda como un mal hábito alimenticio con consecuencias como sobrepeso, formación de caries y una mala nutrición en general.

Pero tenemos buenas noticias para los amantes de las meriendas: si se escogen adecuadamente, estas pequeñas comidas forman parte de una buena alimentación e incluso pueden ayudarle a controlar tu peso.

Consejos para una merienda nutritiva
Planee sus meriendas con antelación: Tome en cuenta los alimentos que regularmente consume en las comidas principales y organice sus meriendas para que, junto con las comidas, incluyan alimentos de todos los grupos de la pirámide alimenticia. Esto le ayudará a mantener una alimentación balanceada y también a controlar su peso, ya que al comer algo antes de la comida principal, no sentirá un apetito desenfrenado que con frecuencia le lleva a comer en exceso. Meriende cuando sienta hambre, resístase a la tentación de comer por aburrimiento, frustración o estrés; igualmente, evite comer cuando está realizando otra actividad, ya que en ambos casos se tiende a comer de más. Vigile el tamaño de sus meriendas; las meriendas no deben reemplazar a las comidas principales.

La idea de una merienda es mitigar el hambre entre las comidas sin interferir con el apetito a la hora de consumir las comidas principales, que son las que aportan la mayoría de los nutrientes. Tenga a mano meriendas saludables; ya sea en el trabajo, en la escuela, en la casa o dondequiera que pase usted gran tiempo, mantenga siempre una variedad de “buenos alimentos”, como frutas, palitos de vegetales, yogur o galletas ricas en fibra con queso bajo en grasa. 

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MERIENDAS SALUDABLES PARA NUESTROS HIJOS
Muchas veces prestamos atención a la hora de preparar el almuerzo o la cena de nuestros niños, pero descuidamos la merienda o refrigerio. Este es un error muy frecuente, ya que es una comida importante que debe ser sana y equilibrada. 

Los niños tienen estómagos pequeños por lo que comen menos, esto significa que requieren comidas más pequeñas y con mayor frecuencia. Las meriendas son importantes porque ayudan a los niños a mantener sus niveles de energía entre las comidas, para que así puedan realizar sus actividades diarias. 

La mayoría de los niños necesita 2 meriendas al día, la primera a media mañana, esta no debe sustituir al desayuno, aunque puede complementarlo; y una segunda a media tarde preferiblemente. Planee las meriendas de sus niños como parte de su plan de comidas rutinarias. 

Lo ideal es que la merienda tenga lácteos o cualquier derivado,  frutas o jugos naturales y/ o cereales. Por ejemplo, podemos combinar frutas o quesos con pan o galletas integrales o galletas con mermeladas de frutas bajas en azúcar o un licuado que incluya frutas o cereales para reponer de forma rápida la energía que ellos necesitan constantemente. 

Los cereales son una importante fuente de carbohidratos, tienen un alto valor nutritivo, la mayoría aporta ácidos grasos esenciales, suplemento de minerales y vitaminas, proteínas y fibra alimentaria. Es fundamental incorporarlos en la dieta de tu niño a diario, así como también las frutas y los lácteos. 

Es importante reducir el consumo de dulces y productos de pastelería, ya que aumentan el colesterol, la insulina, y provocan una saciedad momentánea entre ellos, los hace sentir muy llenos y al rato vuelve el hambre sin control.

Dra. Patricia Mejía, Nutrióloga Clínica
Especialista en Nutrición