POR RAFAEL MATOS FELIZ
En República Dominicana es muy frecuente la construcción de conocimiento a partir de la simple suposición o de afirmaciones antojadizas, que en muchas ocasiones esconden un dejo de politiquería y lo que es peor aún, entrañan una elevada irresponsabilidad social.
Nos estamos refiriendo de forma específica y
categórica a la enfermedad viral denominada la Chikungunya. Sobre la cual se ha
tejido una complicadísima red de desinformaciones y de falsas hipótesis que lo
que han hecho es aumentar los niveles de afectados y una mayor permanencia del
organismo transmisorde la misma: el mosquitoAedes aegypti.
En las comunidades de Nigua y Haina en San Cristóbal
se presentaron los primeros casos de dicha enfermedad en febrero pasado y en
esas comunidades, después de diagnosticarse como Chikungunya, se negó esa
versión y se pasó a decir que el mal lo provocaba “una cosa” que trajo un
barco, “un químico” que trajo una empresa ubicada en la cercanía de la playa
Los Gringos, “un aire” que salía de los tanques de combustibles localizados en
la zona, etc., etc.
Y ¡¡BOOM!! Ahí mismo se armó la de Villa Diego. En el
país entero se crearon más fábulas, más inventos, más disparates sobre la
enfermedad. Por ejemplo, aquí en Barahona llegué a escuchar, que fue “una cosa”
que trajeron los gringos que están apostados en la Quinta Brigada. Pienso que
ese salto se debe a que en Haina se habló de una playa llamada “los gringos” y
ya aquí se la endilgaron a los que están en Barahona, ¡¡VAYA!!
Lo más penoso de todo esto es que algunas personas que
desempeñan sus funciones en centros hospitalarios y profesores de profesión se
han montado en la carreta de la ignorancia y se les oye propalar a los cuatro
vientos, que esa enfermedad no tiene nada que ver con ningún mosquito y que es
un aire que anda por ahí enfermando a la gente. ¿Ustedes han visto al diablo?
Yo entendería a un motoconchista si lo dijera, pero….
Dominicanos, por favor,no continuemos ocupando los
primeros lugares entre los países que son los más ignorantes en Ciencias, en Matemáticas
y en Gramática. Salgamos de ese marasmo de “encantamientos quijotescos” y de
una vez por todas busquemos la verdad científica, la verdad comprobada y
dejémonos de esas elucubraciones que nos convierten en los mega-ignorantes más
notables del mundo.
La Chikungunya es ocasionada por un virus del género Alfavirus, que tiene que ser transmitido
o inoculado a las personas por medio de la picadura de las especies de mosquitoAedes
aegyptiyAedes albopictus (este último aun no detectado en el país).
El
virus puede encontrarse en animales domésticos y en los monos y es desde ahí de
donde los mosquitos lo extraen al picar a esos animales. Cuando pican humanos
les transmiten el virus y ahí se forma una cadena de transmisión colectiva,
pues en las sociedades se dan las mejores condiciones para el Aedes
aegypti, pues a esta especie le gusta el calor, la humedad y la
oscuridad y en nuestras casas están todas esas condiciones.
Solo la hembra del mosquito pica. El macho se alimenta
solo de jugos de plantas y nunca de animales. Después que la hembra copula con
el macho es cuando sale a picar porque
necesita alimento y proteínas para proporcionar a los huevos que va a producir
un compuesto orgánico que forme a sus futuras crías, es decir a los nuevos
mosquitos y lasangre que chupale da esas condiciones.
Se tiene la errada creencia de que cuando el mosquito hembra
pica, se muere. Esa es la mentira más grande que se pueda decir. Por favor, no
vuelvan a propalar semejante barbaridad, pues seguiremos siendo los jefes
mundiales de la ignorancia.
Al picar la hembra se va a un rincón oscuro y
tranquilo (en las casas hay muchos) a incubar sus huevos y luego de dos a
cuatro días, oviposita, es decir los pone en una zona donde exista un poco de
agua o de humedad, especialmente en la pared de los recipientes cerca del nivel
del agua. Cuando se mojan, los huevos eclosionan (salen las larvas o gusanitos)
y nosotros les llamamos gusarapos. Estos gusarapos duran varios días y luego se
cubren con una especie de saco llamado pupa y dos días después sale el mosquito
que conocemos.
La hembra solo copula con el macho una sola vez, pues
ella tiene una bolsa interna llamada espermateca y en esa bolsa guarda los
espermatozoides del macho hasta que ella viva (que en condiciones naturales es
cerca de un mes). Después de esa actividad, la hembra puede poner huevos cuatro
y hasta cinco veces en un lazo de 8 a 14 días, según las condiciones de humedad
y temperatura. Y antes de cada postura de huevo tiene que buscar sangre para
formar los huevos y las larvas y es en ese proceso en donde transmite el virus
de la Chikungunya o del Dengue, o de fiebre amarilla, pues este tigre del Aedes
aegypti las transmite todas.
He escuchado a muchas personas establecer que el
Gobierno o el Estado en general, está escondiendo informaciones, pues no dice la
verdad de la enfermedad, o que no hace nada, o que no “fumiga”. Pienso que del
lado del Estado hay mucha negligencia y falta de asunción responsable frente al
caso; pero de ahí a esperar que solo el Estado debe asumir el control de la
enfermedad y del mosquito, a mí me parece la mejor manera de escurrir el bulto
y echar al zafacón la corresponsabilidad de vivir en sociedad.
¿Por qué el Estado tiene que ir a mi casa a controlar
los mosquitos que conviven conmigo en los closets, en los baños, debajo de mi cama
o de la mesa?, ¿Por qué el Estado tiene que eliminar en mi patio y en mi jardín
los criaderos del mosquito?, ¿Por qué yo pienso que si se fumiga ya el problema
está resuelto?
Estas y otras preguntas relacionadas con la
Chikungunya y también con el Dengue y la Fiebre Amarilla, pasaremos a responderlas
en la próxima entrega de la Lupa del Sur.
Rafael Matos Féliz.
La fumigación y el control de
plagas domésticas
En la entrega anterior, dejamos algunas preguntas en
el aire con la intención expresa de darles respuestas en esta ocasión.
Lo primero que vamos a señalar es que cuando el
ciudadano exige que el Gobierno o el Estado vaya en su auxilio para enfrentar
los problemas que le aquejan, está ejerciendo un derecho consagrado en la Constitución de la
República y por lo tanto se le debe dar respuesta positiva y oportuna a su exigencia.
En segundo lugar, esa queja ciudadana entraña
normalmente una irresponsabilidad de las autoridades, pues lo más lógico y
adecuado es que no se tenga que esperar un pedido del ciudadano para resolver
un problema social, sino que los llamados “funcionarios”, deben estar prestos
como servidores públicos para dar soluciones antes de que una situación se
convierta en un problema, cosa esta que nunca hacen.
Dicho esto, ahora volvemos con las preguntas
planteadas anteriormente. Si yo exijo del Estado la eliminación de los
criaderos y del mosquito causante de la Chikungunya, significa eso que ¿yo no
tengo deberes que cumplir frente al problema?
Mi respuesta es la siguiente: La exigencia de un
derecho que me asiste y me corresponde entraña un deber que debo cumplir y que
también me corresponde. El Estado está obligado a realizar campañas de
eliminación de criaderos, como del mosquito y de dar educación ciudadana a los
pobladores afectados en forma diligente. El ciudadano por su parte, está
obligado a implicarse en esas acciones desde su hogar, su sector o su ciudad.
Porque como señalé la vez anterior, en los escondrijos de mi casa solo yo y mi
familia podemos tener plena libertad de actuación.
Dejar todo al Gobierno o al Estado, en el caso que nos
ocupa, dije que entrañaba un poco de politiquería y de irresponsabilidad
social. Esto así porque muchos ciudadanos si profesan una preferencia
partidaria diferente al gobierno de turno (sea cual sea el gobierno), suponen
que si hacen ver con mayor dimensión la incapacidad oficial, eso le reporta
puntos políticos y suponen que de esta forma en una próxima contienda electoral
la ciudadanía le cobrará a los que hoy tienen “abandonada a la población”.
La irresponsabilidad social se mezcla con la primera
(la politiquería), pues se piensa en muchos casos, de que si no tomo partido en
la solución del problema, la gente sufre más y así es mejor para mis planes
partidarios o politiqueros. Eso implica que si una persona no tiene
sensibilidad social y por supuestos resultados favorables en el futuro deja a
la ciudadanía sufrir más, ¿De qué manera yo puedo creer que su sensibilidad y
responsabilidad sociales cambiarán después? Pienso que me ha dado su sentir
real.
Por último, dejé planteada la pregunta de que si la
fumigación resolvería la pandemia de la enfermedad Chikungunya, o la del dengue
o fiebre amarilla si estas últimas se presentaran. Mi opinión es que la
aplicación de productos para controlar al insecto ayudaría a resolver la
problemática, siempre y cuando al mismo tiempo se dan las soluciones conjuntas entre
las instituciones y ciudadanos, controlando al vector y eliminando los
criaderos en las casas, jardines, alrededores y además, si se mantiene una
vigilancia continua en estos aspectos.
Si por el contrario, las personas creen que al aplicar
insecticidas el problema ya está resuelto o se comienza a resolver sin tomar
ninguna otra medida, entonces la aplicación de insecticidas o como dicen las
gentes “la fumigación” sería una sal más cara que el chivo.
Lo afirmado más arriba se debe a que como se ha establecido,
la hembra del mosquito pone huevos varias veces en un lapso
de varios días. Una fumigación hoy puede matar por contacto o por inhalación a
los mosquitos que alcanza. No así a los huevos puestos ni a los gusarapos que
se están criando en recipientes con agua, lo que quiere decir que mañana,
pasado, en tres, cuatro o más días tendré nuevas camadas de mosquitos; lo que
me obligaría a aplicar de nuevo casi todos los días, porque los que están por
nacer lo harán si es que yo no tomo medidas especiales contra ellos.
Como pueden observar distinguidos amigos, no hay
manera de escurrir el bulto si en verdad se quiere disminuir o eliminar esta
como otras enfermedades ocasionadas por vectores y que son casi endémicas en
nuestro país y en la zona tropical.
Hagamos labor de ciudadanos de primera categoría y en
lugar de ser parte del problema participemos como parte de la solución.
Rafael Matos Féliz
Director Ejecutivo PlanBa
La Chikungunya, el mosquito y los dominicanos.
Reviewed by Emma Pérez
on
julio 09, 2014
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