OPINIÓN: Es verdad. El Diablo

Ver 10531216_656081631140859_34251679_n.jpg en presentaciónPor Práxedes Magalis Olivero:
Ante la ocurrencia de hechos abominables en nuestra sociedad, es frecuente oír en boca del Pueblo Llano la afirmación: “El Diablo anda suelto”. Sin embargo, quienes se precian de haber cultivado cierto nivel de formación, ante esa u otra expresión, suelen pensar que la gente es exagerada o que aún permanece apegada a creencias sin lógica fundamentación.

Pero dicen también por ahí que “La sabiduría popular nunca hay que despreciar”. Es por tal razón que en cuanto a mí respecta, admito que en mi barrio, en mi pueblo o tal vez en mi país es verdad, el Diablo anda suelto.

Fue el Diablo, o, cuando menos, un hijo del Diablo, quien mató a Yulenz Thomas. El Diablo, ese ser mitológico para algunos y muy real para muchos, secuestró a Yulenz, lo torturó, lo golpeó una y mil veces y luego lo condenó a morir ahogado en el fondo de un océano.

A ese Diablo, o hijo del Diablo, no le importó el hecho de que Yulenz había sido estudiante meritorio en el Liceo; menos,  los planes que tenía de estudiar medicina en la universidad. No le conmovió el dolor de Yulenz, ni su llanto, ni su miedo, ni sus pedidos de clemencia. A ese Diablo, no le importó nada.
Ese Diablo sólo pensó en satisfacer sus ansias de causar mal, de hacer daño, de esparcir dolor, tristeza, desesperanza, luto, miedo…

Ese Diablo, o hijo del Diablo (En verdad, no sé), anda suelto por ahí. Y, ¡peor aún!, quizás  está  en mi barrio,  o probablemente en el tuyo. ¡Quién sabe!

El muy desgraciado se pasea tan tranquilo por las calles, con una sonrisa en los labios u ofreciendo a alguien un abrazo cordial. A lo mejor hasta hace fiesta en su casa; se va de rumba con sus amistades, otros diablos como él… Aunque, puede ser que no, que ese Diablo no oculte su maldad tras una sonrisa, y en realidad ande por nuestras calles con su cara de diablo, armado hasta los dientes y metiendo miedo a las gentes.

Su edad, como todo en él, es un misterio: puede ser joven, maduro o viejo; a lo mejor es amarillo, blanco,  mulato o negro; hombre o mujer; alto o chiquito; tal vez sea rico, pero puede ser pobre o clase media; ateo o fiel creyente (Sí, aunque te parezca raro). En fin, ¿quién sabe?; ¿o quizás sí, y alguien sabe?
¿Cuántos Yulenz habrá matado ya? ¿A cuántos Yulenz en el futuro matará? ¡Quién sabe! Y… a quién le importa?

Bueno, mientras no sea a mí, ni a mi familia o amigos; o a cualquiera de los tuyos, ¡qué importa! Total, cuántos Yulenz no ha habido hasta hoy y cuántos más no habrá en el porvenir.

Pero resulta y viene a ser, que ese Diablo no discrimina objetivos.  Su único interés es saciar su sed de sangre y calmar su odio hacia la humanidad. Con él en las calles, no hay seguridad.

¡Yo te maldigo, Diablo; vete al Infierno!
OPINIÓN: Es verdad. El Diablo OPINIÓN: Es verdad. El Diablo Reviewed by Emma Pérez on julio 16, 2014 Rating: 5
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