COMO DOS GOTAS DE AGUA

POR: JOSE CORNIELL

Para todo el que vivió, o ha leído, sobre la fatídica era de Balaguer, la frase “Que el Pueblo Decida” le resulta cacofónica. Y es así, porque el dictador abusó de esa muletilla para saciar su voraz apetito de poder.

Desde el ejercicio del poder, el extinto líder y Leonel Fernández Reyna, son como dos gotas de agua. Tan parecidos, que hasta los gestos del actual mandatario remiten al pasado. Sus discursos, sus formas de dirigirse al pueblo, encomiando su condición de soberano, solo para usarlo y concretar sus pretensiones, nos confirman que estamos frente a un nuevo “Vuelve y Vuelve”, que acuñó la máxima de que mientras él respire que nadie aspire.

Entre haber dicho que la constitución es “un pedazo de papel” y desconocerla de palmo a palmo, a pesar de haberla mandado a ser a su imagen y semejanza y/o como un traje a la medida, la brecha es imperceptible, no hay diferencia, se trata de lo mismo.

Hacerle creer a este pueblo que se gobierna para las grandes mayorías empobrecidas, mientras los hospitales se caen a pedazos, la educación anda como el cangrejo, la falta de empleo galopa por su fuero, el sistema energético es un caos y la Producción Interno Bruto es cada vez menor, también remite al pasado reciente.

Olvidar los pueblos del interior, o enviarles migajas para que se entretengan, mientras se realizan grandes obras en la capital, dejando de lado las prioridades nacionales y que como nación urgimos, es evidente que nos refresca al dictador.

Balaguer, solía decir que la corrupción se detenía en la puerta de su despacho, admitiendo de esa manera que su gabinete y por consiguiente su gobierno, estaban corrompidos hasta los tuétanos, pero nunca se le vio tomar una decisión que vaya en la dirección de detener esa situación. El mandatario actual conoce que su gobierno está plagado de corrupción, que el narcotráfico cuenta con el respaldo de importantes estamentos del Estado, tanto civiles como militares y policiales, pero al igual que ayer, es nada lo que se hace para contrarrestarlo.

Ayer la banda colorá, organismo oficial del gobierno de Balaguer para acallar voces, para torturar, desaparecer y matar a quienes pensaban y actuaban distinto a él, y hoy, los organismos llamados a defender a la ciudadanía de la corrupción, el narcotráfico y la delincuencia, permeados hasta lo más alto de sus instancias.

No hay dudas, estamos frente a un nuevo “vuelve y vuelve” que pretende perpetuarse en el poder y que no escatima esfuerzos para lograr sus propósitos.

“Que el Pueblo Decida” sería lo ideal, pero nunca inducido por las macabras intenciones de un estadista, que lejos de dar señales claras de querer resolver los grandes problemas que nos afectan, está simple y llanamente conceptualizando y andando por las ramas.

Creemos que sí, que el pueblo tiene que decidir, pero no por continuar con un gobernante que cada día se parece más y más a un líder de triste recordación para el país, como lo es Joaquín Balaguer. No más dictadura, el país no soportaría otro gobierno que dice, por ejemplo, estar preocupado por la educación y le reduce el presupuesto, estar preocupado por la salud de la gente e invierte sumas súper millonarias en la construcción de un metro, mientras niños, jóvenes y ancianos mueren en los hospitales por falta de medicinas.

Hay que reaccionar, hay que despertar del letargo en que nos encontramos y comenzar a construir una nación diferente, negadora de todo este estado de cosas que nos obliga a vivir en la más espantosa de la miseria, mientras los gobernantes y sus secuaces se burlan de nosotros y de la pobreza extrema en la que nos han obligado a vivir.