Por CARLOS J VIDAL LASSIS* Las alcaldías de casi todo el mundo generalmente tienen interés en cumplir con el compromiso de promover el desarrollo económico de sus municipios por dos principales razones:
1) Que los munícipes o residentes tengan mayores oportunidades de trabajo y
2) crear una mayor base de arbitrios o impuestos municipales para poder ofrecer mejores y más servicios al público.
Generalmente la salida imprevista de las grandes fuentes de empleo, como sucedió con las empresas de la Zona Franca, así como la salida o falla de pequeños negocios a consecuencia de la partida de las mencionadas grandes empresas, provoca la pérdida de ingresos al Municipio por ambas razones. Independientemente de que el Estado provee recursos que garanticen la funcionalidad municipal aunque sea a un nivel mínimo o de subsistencia.
Entonces está claro que las alcaldías necesitan nuevas formas de promover y crear empleos, que no es responsabilidad única del gobierno y del sector privado.
Necesita poder incrementar y mejorar los servicios públicos de educación, salud, cuidado Infantil, deportes, artes, manejo de desperdicios y reciclaje, seguridad ciudadana, infraestructuras y administración transparente.
Son necesidades insatisfechas que aparentemente la falta de dinero, si es que hace falta, impiden que se cumplan, al mismo tiempo que deben existir recursos disponibles subutilizados que podrían llenar dichas faltas.
Dentro del amplio espectro de lo que constituye el desarrollo sustentable e integral hay cabida para la innovación y la creatividad. Los municipios se han olvidado de las posibilidades que proveen la genialidad humana, a veces, hasta los mismos lideres municipales tienen ante sus ojos ejemplos brillantes de esto sin embargo se olvidan que pueden implementar esas ideas en la comunidad y ser igualmente brillantes y productivas.
Un excelente ejemplo:
Un líder Alcalde de nuestra provincia Barahona posee un negocio propio, que dicho sea de paso posee desde hace tiempo por herencia familiar, en el que vende pollos, tilapias, cerdos y produce Aguacates y otros frutos menores en su propiedad que está localizada en la población. Lo notable de este caso es que los desperdicios de los pollos le permiten alimentar las tilapias en la pileta que las reproduce y cría; los desperdicios de estas a su vez, complementan la alimentación de los cerdos en su proceso de crecimiento y los desperdicios de los cerdos, junto a otros de los pollos, son convertidos en excelente abono orgánico para su plantación de Aguacates. No hay desperdicio alguno, todo se aprovecha y el rendimiento económico es mucho mejor. Este es un buen ejemplo de sostenibilidad y optimización de recursos, es decir, de lo que ahora llamamos “Economía Azul”.
Igualmente es posible adoptar un modelo de gestión municipal que piense en la sostenibilidad y optimización de recursos, basta delegar una parte del tiempo en repensar la búsqueda de soluciones a las necesidades prioritarias de las municipalidades, “saliéndose del cajón”, investigando como otros lo han hecho exitosamente, inventando y atreviéndose. No se puede alegar que habría que descuidar esto o lo otro, es asunto de voluntad y genialidad, de querer hacer.
Las excusas no serían validas si se tienen necesidades insatisfechas.
Aun así, debemos reconocer que los municipios de Barahona están trabajando e integrados al PLANBA’. Eso es un excelente paso. Pero faltan otros, muchos en verdad.
Posibilidades de Desarrollo Municipal, de Barahona.
Reviewed by Emma Pérez
on
enero 27, 2012
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