La administración y dirección del politécnico, que será una especie de misceláneo, estará a cargo de la Iglesia Católica, ya que durante el Gobierno de Hipólito Mejia (2000-2004), mediante decreto la emblemática edificación le fue donada al obispado de San Juan, en la persona de su incumbente monseñor José Dolores Grullon Estrella.
La presencia en las primeras horas de la mañana de este martes 24 del jefe del Estado la confirmó el senador por esta provincia, ingeniero Agrónomo Adriano Sánchez Roa, quien dijo que con la puesta en operación del politécnico, “cientos de jóvenes que deambulan por las calles de aquí, aprovecharán para hacerse de carreras técnicas que les permitirá insertarse en las diferentes áreas de trabajo, aquí y en otras poblaciones del país”.
Manifestó Sánchez Roa que hay que ir pensando en detener las instalaciones de centros educativos superiores e ir planificando y buscando los recursos necesarios para poner en práctica un plan de apertura de politécnicos, en los cuales los estudiantes aprenderán carreteras técnicas.
“Mira, aquí en el país se está dando lo que sería un asunto contradictorio, decenas, cientos de profesionales de las diferentes áreas del saber sin trabajo, pero hay también una gran cantidad de empresas, medianas y grandes, o personas en particular que necesitan un técnico calificado en plomería, herrería, electricidad, albañilería, y no aparece, teniendo que recurrir a empíricos, por eso la importancia de la apertura del politécnico en esta ciudad”, precisó el Senador.
La mansión. El dictador Trujillo Molina ordenó la construcción de una mansión en el año 1945, a unos 200 metros de donde funcionaba la oficina de la Dirección de Aduanas en esta ciudad y en la que pernoctaba cuando visitaba la zona.
Tras su muerte, el 31 de mayo del 1961, la emblemática mansión estuvo abandonada por más de cuatro décadas, y no fue sino hasta mediados del período 2000-2004, cuando le fue cedida en donación a la Iglesia Católica.
Lo que podría definirse como una joya arquitectónica fue levantada en 600 metros cuadrados, en dos niveles y básicamente en estructura de piedra o sistema de mampostería.
La construcción es típicamente colonial, cuenta con una fachada frontal en base a aros, simétrica y en la entrada tiene dos arcos a ambos lados del principal. La estructura no había sufrido daños de consideración, según explicaron ingenieros consultados.
Una fortaleza
La forma en que se levantó la mansión se corresponde con la de una especie de fortaleza, ya que tiene muros interiores y exteriores con espesor de 60 centímetros y además dispone de un sótano y dos escalares exteriores, lo que indica que se pensó en garantizar la protección de Trujillo en sus momentos de descanso en el lugar. El dictador frecuentaba la vivienda, en especial cuando quería constatar la situación de la frontera.