ESTADOS UNIDOS.- Estados Unidos pidió este lunes una mayor colaboración de otros países en apoyo a la fuerza multinacional que será desplegada en Haití, después de que la iniciativa consiguiera la luz verde por parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (ONU).
El consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Jake Sullivan, señaló en un comunicado que la aprobación de dicha fuerza, que ayudará a la policía haitiana a combatir la violencia en el país, es un «paso importante» para dar apoyo a la nación caribeña en su lucha contra la violencia.
«Es crucial que ahora nos centremos en movilizar el apoyo internacional necesario para desplegar esta misión rápidamente y de manera efectiva y segura», subrayó Sullivan.
El funcionario también agradeció la labor de Kenia, quien liderará la fuerza multinacional, junto con el apoyo de Jamaica, las Bahamas y Antigua y Barbuda.
«Los haitianos han sufrido durante mucho tiempo a manos de criminales violentos», señaló Sullivan
El pueblo de Haití, subrayó, «merece sentirse lo suficientemente seguro para (…) ir a las urnas y elegir democráticamente un Gobierno que represente sus intereses».
La aprobación de esta fuerza llega casi un año después de que el propio Gobierno haitiano hiciera la solicitud al Consejo de Seguridad de la ONU, recibiendo el respaldo inmediato del secretario general, António Guterres.
La resolución fue aprobada por 13 v
otos a favor y dos abstenciones (Rusia y China), sin ningún voto contrario entre los 15 miembros del Consejo, algo raro en los últimos tiempos de gran división geopolítica.
El despliegue de la fuerza multinacional no será inmediato, sino que pasarán «varios meses» antes de que los agentes comiencen a patrullar en las calles de Haití, según informaron a EFE fuentes del Consejo.
EE.UU. fue uno de los países que presionó ante el organismo internacional para que se aprobara el despliegue de la fuerza, presentándola como una medida necesaria para «restaurar el orden democrático» en la isla.
La crisis de seguridad en Haití se ha visto agravada en el último año por la inestabilidad política, una epidemia de cólera y un reciente terremoto, hasta el punto de que las necesidades humanitarias urgentes del país suman 720 millones de dólares (para ayudar a 3 millones de personas).