"Muchas madres adolescentes abandonan la escuela y al hacerlo interrumpen su educación, por lo que muchas de ellas tienen que acceder a empleos precarios", señaló Mora, quien asiste en la ciudad colombiana de Medellín a un foro que analiza los resultados del Plan Andino de Prevención del Embarazo Adolescente, formulado en 2007.
Agregó que, en esos casos, "se produce un ciclo intergeneracional de la pobreza porque ocurre con mucha frecuencia que los hijos e hijas de esas madres tempranas a su vez también tienen embarazos tempranos y truncan o limitan su proyecto de vida".
Al desempeñar empleos menos productivos merman los ingresos de los sistemas de pensiones y tributarios de sus países, explicó.
Un estudio del Organismo Andino de Salud estima que, de los cerca de siete millones de mujeres adolescentes de entre 15 y 19 años que viven en la subregión andina, al menos un millón ya son madres o están embarazadas.
Este fenómeno causa, además, pérdida de vidas con el consiguiente coste de capital humano, recordó Mora, puesto que el riesgo de morir antes, durante o después del parto es cuatro veces mayor entre las menores de 16 años que en las mayores de 20, al mencionar un estudio publicado en la revista científica American Journal of Obstetrics and Gynecology.
"También en casos de embarazos adolescentes la tasa de mortalidad infantil, de niños que mueren antes, durante o después del parto, es mucho mayor que en edades de mujeres más adultas", apuntó.
Asimismo, hay "un impacto importante en materia de salud pública" porque los niños de madres menores de 15 o 16 años "suelen tener más bajo peso, más complicaciones de tipo respiratorio, etcétera", añadió.
Debido a que estas madres pertenecen en su mayoría a clases sociales bajas, "requieren también de una inversión mayor por parte del sistema de salud para poder remontar a esos niños", indicó.
A juicio del alto cargo del Fondo de Población de la ONU para América Latina y el Caribe, la región debe "aprovechar el momento histórico que vive" en términos demográficos y promover la educación, el empleo y la prevención de embarazos no deseados en la juventud dentro de los próximos 10 o 15 años.
El "momento histórico" al que se refiere Mora es que, actualmente, 106 millones de los 588,6 millones de habitantes que tiene América Latina y el Caribe son personas de entre 15 y 24 años, lo que representa la mayor generación de jóvenes de la historia.
"Si ahora no se invierte en esa población joven eso va a tener un impacto muy grande en términos de productividad, en términos de capital humano, en términos de capital social", advirtió.
Además, advirtió de que formar a los jóvenes serviría para evitar un problema de pirámide de la población invertida en el futuro (cuando la cantidad de población trabajadora no es suficiente para mantener las pensiones de los jubilados).
Adelantó en ese sentido que durante los próximos veinte años la población de América Latina envejecerá "a un ritmo mucho más rápido de lo que ocurrió en Europa".
Por eso, remarcó que con la formación necesaria los jóvenes podrán acceder a puestos de trabajo más productivos que permitirán mantener los sistemas de pensiones.
En la reunión de Medellín, Mora está acompañado de los ministros de Salud de Chile, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela y Bolivia. EFE