El partido revolucionario Dominicano y su presidente
profesor Juan Bosch y Gabiño, fueron desplazados del poder de la República Dominicana
un 25 de septiembre como hoy, pero del año 1963. Son muchos y muchas los(as),
héroes y mártires que vio nacer y morir en todo el trayecto de vida semi
democrática que ha vivido nuestra nación, de ese entonces hasta el día de hoy,
carreras, militar o no, madres padres hijos, dignidades y probablemente la
mayor tragedia, que fue la guerra patria del 1965, que le costó a nuestra
nación, además del pisoteo y escamoteo de una victoria en trincheras del
pueblo, más de cinco mil muertos(as), guardando ligazón este funesto golpe, con
el término filosófico causa-efecto.
Una victoria electoral, luego de la decapitación de la
tiranía de 31 años de duración, convincente y excelente, con una votación de
más de 619 sufragios, contra algo más de 320 mil de su contendor el doctor
Viriato Fiallo, celebrada el 20 de diciembre del año 1962, votación más alta
que haya obtenido presidente alguno en nuestra nación y parte de la región en
términos porcentuales, en nuestra provincia por ejemplo, esa boleta electoral,
encabezada, además del presidente Juan Bosch y su vicepresidente, doctor
Segundo Armando González Tamayo, por don
Néstor Matos, mi padre, como senador, y los dos diputados que contenía la
fórmula, personificadas en los señores Reyes Sarín de Jaragua y el señor Tutí
de los Ríos, estos legisladores, que fueron la totalidad de la representación
provincial, sirvieron más adelante para la proclamación del presidente
Francisco Alberto Caamaño Deñó, en el año 1965.
La juramentación del profesor Juan Bosch, contó con la
presencia del funesto vicepresidente Norte Americano Lindon B. Johnson, enviado por su presidente
John F. Kennedy (vinculado a la conspiración de muerte de este último),
asistieron además, don Rómulo Betancourt, don Pepe Figueres de Costa Rica y el
gobernador de Puerto Rico, don Luis Muñoz Marin, entre otras excelsas figuras
de la política regional de la época.
Nacido y vigilado desde el principio, por gente buenas
y democráticas de la región, pero con los ojos de los más funestos Halcones de
la política Norteamericana, en ese escenario, encabezada por Johnson, el gobierno
juramentado, vendría a durar algo más de siete meses, con un presidente, al
cual se le había propagado la especie de que iba a nombrar para sus correctas
depuraciones y saneamiento de la policía Nacional y las fuerza armadas, al
coronel Caamaño y el general Rodríguez reyes, y que nueve días después de las
elecciones, se mató al general Rodríguez
Reyes e hirió de gravedad al coronel Caamaño en Palma Sola, el cual duró diez días en
estado delicado, con un presidente consciente de lo que se le avecinaba y muy
probablemente visionario de lo que le sucedió a Salvador Allende en Chile, años después, 11 de septiembre del
1973, sin vocación de poder, que no quiso hacer consolidación de su poder, que
son las lecturas que le doy, a conversaciones y carta de don Néstor Matos y de
su hijo doctor Néstor Matos Rocha con el profesor Juan Bosch, antes de su
elección y posterior a ellas, conservo un par de ejemplares de esas misivas. Evidentemente
se resistía a hacer causa común con los suyos en el gobierno, desoyó toda
asesoría.
Es de dominio público ya, que el profesor Juan Bosch
había dictado una carta de renuncia a la presidencia de la república, al
periodista Fabio Herrera Cabral, antes de su derrocamiento, los manejos y el
procedimiento utilizados por Juan Bosch
durante el conflicto bélico por su vuelta al poder, confirman estas
apreciaciones.
Este bochornoso golpe de estado que tantas lágrimas ha
costado a las madres dominicanas, sigue haciendo ronchas en la piel maltratada
del Dominicano y los contubernios de
dominicanos con intereses foráneos son fundamental causa, alimentado por el
abundante deseo de algunos dominicanos
de acumular dinero y poder, es el
catalizador de esta nefasta reacción, por tanto debe servir esta fecha
histórica para que aquilatemos este remanso de paz que vivimos, para que lo
mejoremos, ya que aunque no es bueno, y
su caída sería mucho peor.
Hacen cincuenta años…
Reviewed by Emma Pérez
on
septiembre 25, 2013
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