Las autoridades dieron un plazo de diez días a los propietarios de esos negocios, ubicados en el área central del municipio para hacer el traslado de sus locales, advirtiéndoles que no habrá prórrogas y se aplicará la ley sin contemplaciones.
El alcalde indicó que la medida fue tomada en cumplimiento a la resolución No. 4-2008 y 4-2011, de fecha 4 de mayo de este año, tomada por la Sala Capitular, que aprobó el cierre de los centros metaleros existentes en la demarcación de los Bajos de Haina, conocidos como Riflito y Jaramillo, situados en la carretera Sánchez y en el sector Piedra Blanca.
La medida fue adoptada tras una acumulación de quejas de residentes relacionadas con daños ocasionados por esos negocios al medio ambiente y los obstáculos que habían establecido en calles y aceras, creando esto un riesgo a la vida de los ciudadanos que se veían amenazados de sufrir daños por los vehículos en circulación.
Lora dijo que en los lugares donde operaban los negocios de las metaleras se hacía compra y venta de hierros y chatarras, la mayoría de las veces de manera ilegal. “Entre estos había quienes ilegalmente compraban y vendían cobre, aluminio y objetos metálicos de dudosa procedencia, entre estos tapas de filtrantes y lámparas”.