Además, el organismo rector del sector, el instituto Nacional de la Uva (INUVA), vendió 20 mil litros del producto a granel a un representante de una compañía española.
Esa venta a una empresa europea constituye el punto de partida para la exportación del vino criollo.
El máximo de botellas de las variedades de vinos que se fabrican en Neyba, provincia Bahoruco, que se habían vendido al Plan Social de la Presidencia, era de 40 mil.
Negocio en crecimiento
El negocio de la uva está creciendo de manera extraordinaria. A causa de ello, el INUVA contempla entregar próximamente -de manera gratuita- unas 10 mil plantas a los productores, especialmente de las reconocidas variedades tempranillo y cabernet.
En adición a ello, el organismo rector del sector tiene en carpeta, en el corto plazo, extender la producción de uvas hacia las provincias Elías Pina, Independencia y Azua, las cuales reúnen condiciones excelentes para la expansión de las mismas y podrían producir 20 quintales del producto por cada tarea de terrenos.
Carlos Pérez (Edgar), director ejecutivo del INUVA, afirma que la producción, procesamiento y comercialización de uvas es el único sector que dinamiza la economía en Bahoruco y zonas aledañas, ya que emplea mano de obra en la siembra, poda, corte, producción y venta.
Asegura que ante el auge del sector, se está implementando un proceso de mejora en el sembradío y comercialización de la uva y sus derivados que proyecta un movimiento económico sin precedentes en la Región.
Futuro promisorio
El presente y futuro inmediato de la industrialización de la uva que se produce en Neyba ha sido definido como muy promisorio y alentador por técnicos, expertos y empresarios de Italia ligados estrechamente al sector vitinicola.
Estos han explicado que la uva de Neyba tiene un gran potencial para la producción y exportación de productos competitivos como vinos, pasas, mermeladas y jugos, en gran cantidad y calidad.
De hecho, el Instituto de Innovación y Biotecnología Industrial (IIBI) y expertos de Italia, Chile y Argentina que han analizado las bondades de las uvas de Neyba han concluido en que las mismas son aptas para industrializar y exportar productos de alta calidad.
En la provincia Bahoruco –en el Sur profundo de República Dominicana- actualmente unos 397 productores cosechan 56 mil quintales del producto cada año, en unas 207 hectáreas, es decir, 3 mil 560 tareas de tierra. En estos momentos, de un quintal de uvas se están extrayendo 33 botellas de vino.
En la localidad –que es la única en el mundo donde se registran dos vendimias al año: una en julio y otra en diciembre- existen unas 23 variedades de uvas, 1 original del país y 22 provenientes de Italia, España y Chile, las cuales ya han manifestado mejorías a causa a su rápida y exitosa adaptación en la zona.
Asesoría internacional
Conscientes del potencial que representa para el país en general y la provincia de Bahoruco y zonas aledañas en particular, en los últimos años los más avanzados enólogos y administradores de cantinas de vino de Italia han pasado por el territorio nacional para asesorar y brindar asistencia técnica en todo lo relativo a siembra y mejora de sepas, procesamiento de la uva para fabricar vino, organización y equipamiento de la Bodega y todo lo que tiene que ver con la cadena de comercialización del producto.
En esa dirección se ha rubricado un Protocolo de Interés entre el Gobierno de la Región Marche, en Italia, el INUVA y PROINDUSTRIA para dar asistencia técnica puntualizada a la República Dominicana en el proceso de Industrialización de la uva de Neiba.
De igual modo, a instancias de las entidades mencionadas y el Consulado dominicano en Ancona, se ha rubricado un Convenio entre la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) y la Universidad Politécnica de la Región Marche, el cual dará un gran impulso a la Industria Vitinicola dominicana.
Sin embargo, para que la República Dominicana pueda, real y efectivamente, explotar con éxito y ser competitiva en la producción de uva en gran cantidad y calidad, manufacturar vino tinto, blanco y de mesa, así como jugos, mermeladas, vinagre y pasas, con gran repercusión en los mercados internacionales, se requiere que tanto los productores, como los procesadores de la uva se asocien en un novedoso Clúster de la uva de Neyba.
A eso apuesta el dinámico y experimentado director del INUVA, Carlos Pérez, para lo cual cuenta con el apoyo y la asistencia técnica del Gobierno Central, el Ministerio de Agricultura, PROINDUSTRIA y la cooperación italiana.