SANTO DOMINGO.- Al menos diez personas fallecieron de COVID-19 en las últimas 24 horas en República Dominicana, según el Ministerio de Salud, que informó también de otros 951 nuevos infectados, 141 más que en la víspera. Los datos suministrados este viernes elevaron a 775 el número de muertos desde que fue detectado el primer caso de coronavirus en el país y a 35 mil 148 el de personas contagiadas. Salud Pública informó que 12 mil 470 infectados se encuentran en aislamiento domiciliario, 3 mil 511 en aislamiento hospitalario, 193 de las cuales están en unidades de cuidados intensivos. Indicó que entre las 6:00 de la tarde del miércoles e igual hora del jueves fueron realizadas 3 mil 496 pruebas, con las cuales el número de muestras procesadas en el país desde que surgió la pandemia totaliza en 160 mil 541. Informó que 283 de los nuevos casos fueron detectados en el Distrito Nacional, 197 en la provincia Santo Domingo, 106 en Santiago y 65 en San Cristóbal. Medidas de higiene El Ministerio insistió en la necesidad de mantener las medidas de higiene y la obligatoriedad de usar mascarillas en lugares de aglomeraciones y en espacios públicos.

SANTO DOMINGO.- El Consejo Dominicano de Unidad Evangélica (CODUE) considera que los dominicanos, deben votar “por aquellos candidatos defensores  de la familia, la vida,  la moral y la ética en todos los órdenes sociales”.

“Es un momento especial para la nación, motivamos a la membresía a nivel nacional a orar por las elecciones, a la población a mantener la calma y prudencia; pensando en el país, dejando de lado las pretensiones partidistas”, dijo la entidad en un documento firmado por su presidente, el pastor Feliciano Lacen.

Indica que la comunidad evangélica “es inteligente, pensante, laboriosa y en esta ocasión sabrá ejercer el sufragio, examinar su conciencia y discernir por quién votar, pensando en favor de los mejores intereses del país y la defensa de los valores que nos permitan vivir con dignidad y en paz.”

Dijo que “estas elecciones deben significar el honrar el compromiso que la historia nos impone, colaborar con la calidad del voto, dignificar el ejercicio de la política, favoreciendo a los candidatos de mayor confianza; aquellos que han mostrado mayor respeto y valoración al trabajo integral de décadas realizado por la comunidad evangélica”.