Autismo: lo que usted debe saber

Si usted es padre o madre de un niño afectado con autismo, de seguro que habrá escuchado las siguientes palabras de un algún miembro de la comunidad de “expertos locales”, justo en el momento de la comunicación del considerado como fatídico diagnóstico: “su hijo es autista; eso no tiene cura, de modo que siempre será así y necesitará asistencia para toda la vida”.

 Y de seguro que la angustia que le llega desde el altar de la seguridad del susodicho experto, lo conducirá inadvertidamente a decir lo siguiente: “…y entonces, ¿qué puedo hacer para ayudar a mi amado hijo?” Y la respuesta que recibirá de seguro lo conducirá por un intrincado paseo por las salas de terapias psicológicas de los denominados expertos, que sumado al uso de fármacos para corregir hiperactividad y facilitar el sueño, determinarán que, desgraciadamente, se vea cumplida la profecía indicada en el nefasto diagnóstico.

Y, peor aún, de seguro que quien lo haya atendido, ya sea un psicólogo, neurólogo o un psiquiatra, con toda probabilidad nunca ha tomado un curso formal sobre autismo y hasta es muy probable que nunca haya tenido la oportunidad de convivir día a día con un niño afectado de este padecimiento.

Este artículo está dirigido a padres que ya han recibido el diagnóstico sobre la situación de autismo de su hijo y tiene como único objetivo mostrarles que el tratamiento convencional no es consistente con el cuadro clínico del niño y que existe un camino más corto y eficiente para la recuperación del autismo con el que puede perfectamente evitar: (1) el despilfarro de dinero, (2) el deterioro progresivo del autismo de su hijo y, (3) la angustia que genera la incapacidad de ayudarlo debidamente a superar su situación.

Soy padre de un niño afectado de autismo, pasé por la angustia y la ansiedad que de seguro usted está sintiendo y, por tanto, conozco muy bien el espinoso y costoso camino que le hará andar “la comunidad de expertos locales” si usted no se dispone de manera firme y decidida a derrotar el actual sistema de creencias sobre un tema que ha generado tanta atención científica y discusión a escala mundial. Pero, además, debe entender que se trata de un sistema de creencias que le cuesta hoy día al gobierno de los Estados Unidos miles de millones de dólares al año en tratamiento (basado en los famosos programas de intervención temprana) con unos retornos de recuperación y de inserción social bastante bajos.

Usted tiene el derecho a saber que su hijo no es autista de por vida, sino que está pasando por un padecimiento que no sólo es tratable sino, además, superable; y más aún: es muy probable que el autismo actual del vástago sea una ventaja competitiva en la vida, siempre que se actúe en la dirección correcta, para lo cual usted debe apartarse de las creencias dominantes y de una lógica de tratamiento enfocado en una enfermedad y no en un conjunto de padecimientos clínicos perfectamente visibles.